“Así dicen los grandes sabios que muere el Fénix y renace cuando está cercano a su quinto siglo: no se alimenta de hierba y de trigo durante su vida sino de amomo y lágrimas de incienso, y su último nido está formado con nardo y mirra. Y, como aquel que cae y no sabe cómo, a impulsos del demonio que lo arroja al suelo o de algún accidente producido por su temperamento enfermizo, cuando se levanta, se queda asombrado de la cruel angustia que ha sufrido y suspira al mirar en torno suyo.”
Dante Alighieri. La Divina Comedia
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